La alta costura es considerada la muestra más exclusiva dentro del mundo de la moda. Para entrar dentro de esta selecta categoría se debe cumplir con una serie de características. Dentro de estas está, el tiempo de ejecución de las prendas, el trabajo manual, la atención al detalle, entre otras. Evidentemente, no todas las casas de moda hacen parte de esta categoría, pero sin lugar a duda CHANEL se ha encargado de posicionarse como una de las propuestas más relevantes dentro del marco de la semana de la Alta Costura. Virginie Viard, directora creativa de la marca se inspiró una vez más en el mundo ecuestre para esta propuesta, sumado con una influencia del viejo oeste.
Una de las características de la marca es tener un hilo conductor entre cada uno de los desfiles que hace. Esto es evidente no sólo por medio de la inspiración, también se muestra por medio de las siluetas y materiales seleccionados. CHANEL, en esta oportunidad le da un claro protagonismo a las chaquetas y los cortes en columna. La paleta cromática es muy diversas, en la pasarela vimos rosas, verdes, negro, beige y plata. Los encajes, apliques y la pintura a mano demuestran una vez más el alto nivel de detalle y de calidad que tanto caracteriza a la firma francesa. Al igual que en la mayoría de colecciones el Tweed es uno de los protagonistas, en esta oportunidad no solo es usado en la ropa, también lo vemos presente en algunos accesorios como los sombreros.
Para esta muestra hubo un cambio importante en el escenario seleccionado. La colección se presentó en el club ecuestre L’Étrier a las afueras de París. En la escenografía participó con el artista Xavier Veilhan, quien creó un escenario ecuestre constructivista típico de los años 70 . De esta manera se crea un discurso y vínculo con el desfile anterior. Sin embargo, la influencia del viejo oeste permite darle un nuevo carácter y hacer un giro interesante con la muestra.
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